La verdad es que de siempre he sabido que el barrio se estaba estropeando y desde que estoy lejos y sólo oigo que noticias sobre lo degradado que está y tal, me imaginaba mi barrio viejo y sombrío. Además, también estaban los recuerdos... lugares de la infancia que ahora los veo pequeños, cambiados, obsoletos.
SIN EMBARGO, al ir cámara en mano mirando la arquitectura, en la que nunca me había fijado tanto (claro, para mí era "lo habitual")... me di cuenta de que es un barrio precioso y único.
Aquel lugar poblado con barracas (o cabanyes) y caña de azúcar (o canyamel) en el 1200, se anexó en el siglo XX a Valencia y constituyó una zona de pescadores y veraneantes. Se trazaron las calles del barrio paralelas al mar, orientadas este-oeste para que las casas disfrutaran de sol todo el día y además aprovecharan la brisa marina proveniente del mar. Y se comenzaron a decorar las fachadas al estilo de la época (modernismo), al gusto del propietario y con lo que se tenía: colorido azulejo valenciano, el legado árabe a Valencia.
Paseando por el Cabanyal
Además, las calles estrechas y las casas de hasta 3 pisos favorecieron el ambiente de pueblo, un pueblo en medio de la tercera ciudad más grande de España que ha conseguido incluso conservar el valenciano.
No sé, yo no puedo dejar de ver el barrio con cariño, pero yo creo que cualquiera que pasee por sus calles verá en ellas personalidad, historia, color, tradición y arte.
Me alegro mucho de haberme acercado, aunque aún espero que me de tiempo a volver ¡¡porque me dejé un buen trozo por recorrer!!
1 comentario:
Qué post más chulo! :)
Y de regalo, te pongo un link de modernismeeeeee http://www.flickr.com/groups/modernismo_valenciano/pool/
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