Conseguimos escapar de Calama "ese infame agujero" (según la Lonely Planet) y llegar a San Pedro de Atacama... el norte de Chile, el desierto, es impresionante... y los Andes están siempre presentes.
Volcanes Licancabur y Jurique | Valle de la Muerte |
Flamencos | Lago de Aguas Calientes |
Descendimos por una duna en el Valle de la Muerte. En realidad, el nombre era originalmente "Valle de Marte" por su tierra roja, pero Gustavo le Paige, un cura belga que vivió allí y que no hablaba muy bien español, le dijo a un periodista que se llamaba "Valle de...Morte" y el periodista lo tradujo mal. Los paseos por el Salar de Atacama, con sus lagos, sus flamencos y sus vistas fueron geniales.
El Valle de la Luna al anochecer es impresionante, su grandeza, sus colores y la suerte de que la luna estaba llena y podía verse siempre en el cielo.
Valle de la Luna al anochecer
Lago Meñique y montaña homónima
En el Tatio visitamos los géiseres y nos bañamos en un río termal, cuando la temperatura fuera del agua era por debajo de cero. Vimos vicuñas (de la familia de las llamas y cuya lana es muy valiosa) y paseamos por un bosque de cactus... con mucho cuidado :P
Géiseres del Tatio | Baños termales |
Vicuñas | Cactus |
Una de mis excursiones favoritas fue a la Laguna Céjar. Es una laguna de agua salada ¡en la que flotas sin esfuerzo! El agua estaba un poco fría pero la experiencia fue genial. Además, cuando anochece, la laguna se convierte en un espejo en el que se pueden ver los Andes y los maravillosos colores. Indescriptible, la verdad.
Y mucho más... ¡¡que no me cabe!! :)
El tour astronómico me lo guardo para otro post...
Un viaje precioso, chicos