De Ámsterdam me impresionó, a parte de la ingente cantidad de bicicletas (según nuestro Capitán hay más bicis que personas, 1.3 bicis por persona) que los bonitos canales que recorren la ciudad son completamente artificiales. Sólo uno de ellos es un río aunténtico, el Amstel, el resto son creación humana.
El Museo Van Gogh me decepcionó... muy caro, muy pequeño y pocas obras de las conocidas. Pero descubrí a alguien muy interesante: Johanna van Gogh-Bonger, la cuñada de van Gogh. Vincent van Gogh murió sin ser un pintor reconocido... la fama sólo le llegó tras su muerte y la de su hermano Theo, cuando Johanna hizo todo lo posible por publicar las cartas de los hermanos, reunió los cuadros, los promocionó, preparó exposiciones, invitó a expertos en arte... es sólo gracias a ella que Van Gogh es ahora el artista que conocemos. Una crack.
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Y tuvimos tiempo de visitar La Haya, Scheveningen (en la costa) y Leiden, que es un pueblo precioso. Y probar algunas cosas típicas de Holanda como el Haring (arenque crudo) en Broodje (pan), poffertjes (mini crepes espolvoreados con azúcar glasé) y pannekoeken (crepes gigantes).
Un viaje muy muy chulo.
Gracias Mario :)
1 comentario:
de nada! =)
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